jueves, 26 de junio de 2014

DÍAS DE AGUA Y FUEGO









La amable insistencia de Mariluz y Xavier -magníficos amigos- para que los visitáramos en el Valle de Arán, me ha conducido a vivir una de las experiencias más intensas que recuerdo.

El centro de este suceso es, evidentemente, la "Hèsta deth Haro" en Les. La quema de un gran tronco de árbol la noche de San Juan.

Pero la convulsión anímica empezó antes, con la visita a los "Uelhs det Joèu", es decir las fuentes del río Joèu. El agua surge de la tierra, después de un viaje subterráneo desde el Aneto.
La furia con la que aparece -al menos ese día- produce una gran cantidad de sensaciones diversas, que se mueven entre la fascinación y el terror. Hacen vislumbrar la fuerza de la naturaleza. que hace poco devastó parte de estas tierras. Una impresión mitigada por la presencia de seres humanos, con cara de sorpresa, escondiendo su perplejidad tras las cámaras fotográficas, cosa que yo mismo hice. Un modo de soportar una visión que de otro modo sería inaguantable. Me imagino las sensaciones de un viajero solitario, me sugieren sentimientos propios del romanticismo alemán.

Luego, al anochecer, el árbol de Les. Es muy difícil relatar esa vivencia.

No voy a descubrir aquí la simbología propia del árbol, puede que la más rica y extensa que existe.
Nada más unos apuntes.

En el siglo IV después de Cristo, Firmicus Maternus, un astrólo romano, nacido en Siracusa, narraba como el espíritu de Osiris, era representado por un árbol, en el que excavaban la imagen del dios. Guardada en el interior del mismo árbol, era conservada durante un año y luego quemada.
El tronco del árbol de Les también es guardado durante un año y luego quemado.
He de decir que cuando presencie el rito -no se puede llamar de otro modo- no recordaba este hecho. Pero no hacía falta, lo pongo ahora como una reflexión posterior. 

Varios hechos me impresionaron sobremanera:
La conversión del tiempo del que habla Mircea Eliade, la transformación de éste de profano en sagrado; es decir la abolición del tiempo tal como lo vivimos habitualmente.
La categoría de fiesta, que lleva a la misma conclusión, la danza, generalmente formando círculos alrededor del árbol llameante. El círculo alrededor del árbol hace que éste se convierta en "el centro del mundo".
La lectura más inmediata tiene que ver con un rito de fecundidad, puede que sea uno de los sentidos, y no el menor.  Pero diría que todo iba más allá, rozando el sentido último de las cosas. El misterio de la vida y de la muerte. El fuego consumía el árbol y éste se convertía en chispas que brillaban en la oscuridad y caían sobre los arriesgados danzarines. Era como si la materia se transformase en espíritu. El árbol se convertía ante nuestros atónitos ojos en otra cosa, como si su alma se diluyese en el espacio. Música, danza, exclamaciones de admiración, todo hacía que estuviésemos viviendo algo más allá de nuestra capacidad de comprensión.

Estas pequeñas, y puede que torpes, reflexiones,sólo dan unas ligeras pinceladas de lo que sentí esa noche.

Gracias Mariluz y Xavier, por vuestra hospitalidad y por la insistencia en que Nuria y yo hiciésemos este viaje. Será un recuerdo extraordinario para el resto de nuestras vidas.

Para más información sobre estas cuestiones recomiendo la lectura, como no, de La rama dorada, de Sir James George Frazer, y de Lo sagrado y lo profano, de Mircea Eliade, unos excelentes libros para acompañar este incipiente verano.

En youtube se pueden encontrar imágenes de la ceremonia.


viernes, 13 de junio de 2014

Felices encuentros









 

El pasado miércoles 11, inauguré en la librería Jaimes, una exposición bajo el título genérico de "L'arbre màgic".

Se trata de una serie de acuarelas, y un par de óleos, que tienen como referente principal el árbol. Tema sobre el que Jordi Ibáñez Fanés, hizo una reflexión.

Feliz encuentro con la misma librería, con la que me une una relación de cliente-amigo, que ha durado años y que ha sufrido un paréntesis hasta hace pocos meses, recuperación propiciada, quizá,  por la nueva ubicación, estamos en épocas de grandes cambios, y, a veces, son positivos.

Encuentro con Rimsha Iqbal, autora del poema del anterior post. Con su profesora Begonya Folch, que está haciendo una gran labor en el Instituto Quatre Cantons.

Encuentro más que cálido con un grupo de personas que van siguiendo mi trabajo, algunas desde hace tanto tiempo que datarlo está más allá de mi memoria, otras, afortunadamente, recién incorporadas. !Qué sensación tan positiva y agradable! Creo que es el máximo a lo que puede aspirar un artista: el contacto directo con quienes se interesan por el devenir de la obra. Al menos para mí no puede haber nada más satisfactorio.

Imposible citar a todo el mundo, pero se me va a permitir una licencia, quiero tener un pensamiento especial para Luis Izquierdo, que me obsequió con su libro de poemas La piel de los días.
Le conozco desde que yo era casi un adolescente, y él no mucho más. En Eina me descubrió muchos autores, que yo, ignorante de mí, o no conocía o no apreciaba suficientemente. Fue una presencia impagable ese día, él y todos los demás. A todo gracias.



jueves, 5 de junio de 2014

Una emocionante sorpresa



La vida a veces concede sorpresas muy agradables. Ésta ha sido más que agradable emocionante.

Hace unos días recibí un e-mail de Begonya Folch, profesora del Institut Quatre Cantons, en el que me contaba que una alumna suya, Rimsha Iqbal, contemplando un cuadro mío Arbor Mundi, expuesto en Can Framis, había escrito un poema.

Ya dije en el post anterior, refiriéndome a Stupor Mundi, la importancia que tiene para mí, que la obra produzca un feed back.

A los pintores y escultores nos sucede que cuando la obra sale del estudio, para no regresar, sufrimos una pérdida definitiva, una cierta sensación de muerte. Por ello cuando se recibe una respuesta, algo que llega a partir del trabajo realizado y desaparecido, aparece un nuevo sentido. Un nuevo y estimulante sentido. Algo así acabo de vivir con el poema de Rimsha.

Beneath the trees

I can't promise the sea,
The sky or the stars
I can only promise my body, I know
Perhaps tomorrow we will not be together
Beneath the trees
Poetry with my lips
And that makes  me a devotee of truth
That day hurted me
Wake up! As a line of stars!
You were with me and I still felt  your heartbeat
And into your eyes I learmed to have a different view.

Ella misma lo ha traducido al catalán

No et puc prometre el mar,
Ni el cel ni els estels
Només et puc prometre el meu cos, jo sé
Que potser demà ja no estarem junts dessota els arbres
Poesia amb els meus llavis
Això em fa devot de la veritat
Aquell dia em va fer mal
Aixeca't! Com una línia d'estrelles!
M'acompanyaves tu, i encara sentia el teu batec
I dintre dels teus ulls vaig aprendre a viure una altre visió.

Gracias, Rimsha.