lunes, 23 de abril de 2012

Taller abril 2012 , días 1 y 2

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Un nuevo taller en el estudio. Se cumplen tres años del primero. Una actividad que me hace descubrir siempre nuevos aspectos del mundo de la creación. Cada persona otorga un nuevo matiz que enriquece mi visión, y espero que también la de los asistentes.

La primera sesión trató sobre la línea, organicidad, geometría, figuración, abstracción. La segunda, sobre el color, relaciones entre colores, traslación de conceptos abstractos al color, música y color, etc.

Al terminar, quedan dos días, pondré aquí un resumen general del taller. Por el momento la experiencia está resultando, al menos para mí, estimulante, y, he de decir, sorprendente por los resultados.

viernes, 6 de abril de 2012

NOSTALGIAS



Semana santa. Un pesado ambiente lluvioso y vacacional. Como casi cada año. Esta especie de éxodo extraño y con poco sentido, me ha evocado lugares perdidos. Con los años cada vez son más. Todo cambia y pocas veces para bien.

Dos recuerdos para estas ausencias.

1
La Cartuja de Scala Dei. La primera vez que la vi, en compañia de Nuria, mi mujer, fue a instancias de Joan Perucho, a quien todavía recuerdo como otra pérdida, una persona inteligente, brillante, gesticulante, alguien a quien el país, ha dado de lado de modo vergonzante e infame.
Fue a principios de los setenta; entonces era una ruina romántica, con un penetrante perfume de Friedrich. Un negro estanque en el interior del templo abandonado, en el que nuestro descubridor afirmaba haberse sumergido... La vegetación en comunión con los restos de los edificios... Todo evocaba algo primigenio, deslumbrante.
Ahora lo han convertido en un parque temático, incluyendo la reconstrucción de una falsa celda de cartujano, y, como no, pagando una entrada, la nefasta posibilidad de una visita guiada.

2
El balneario de Panticosa. También la primera visita, repetida varias veces, fue en los setenta, en 1973 para ser preciso. Revivo la primera visión, después de un largo viaje, la llegada a través del congosto del Tena, la aparición de un circo de deslumbrante belleza, las montañas circundantes, el ibón...
Todo respiraba un aire decadente, algo decrépito. Efluvios de Thomas Mann. Orquestina al atardecer. Manteles blancos, servicio, aunque algo raido, de etiqueta. Habitaciones con aroma de otros tiempos. Las fuentes termales, con nombres alusivos a sus cualidades benéficas. Paseos a la Fuente del estómago, a los lagos. El olor de los pinabetes húmedos.
Todo se ha esfumado.No sé muy bien que es ahora, han desaparecido edificios y han sido sustituidos por arquitecturas "modernas". Nueva cocina y otras barbaridades. Ni siquiera sé si todo ello existe todavía...

No volveré ni a Panticosa ni a Scala Dei, como no regresaré a muchos otros sitios. Tampoco volveré a ver a Joan Perucho, ni a tantas otras presencias que le han dado un poco de sentido a mi vida. Nostalgia de semana santa lluviosa. Hay que vivir el presente y encarar el futuro, creo, quizá...