lunes, 29 de marzo de 2010

...pero, en qué sueñan?


El 25 de marzo he inaugurado una exposición en la Galería René Metras de Barcelona, con un solo tema, los gatos. A continuación todos los cuadros que la forman. En otra entrada añadiré una serie de acuarelas que acompañan los lienzos.

La granada. 60 x 73 cm. 2009

Bajo el pequeño granado. 73 x 60 cm. 2009


El silencio rojo. 33 x 46 cm. 2010


¿pero, es comestible? 33 x 46 cm. 2010


Hoy hace un tiempo agradable. 63 x 81 cm. 2009/2010


Por que ella con diez lenguas nunca habla. 73 x 54 cm. 2009/2010


El pasado ya ha sido y el futuro aún no es. 100 x 73 cm. 2009/2010


Un tercero dijo que el cielo son dos gatos. 80 x 80 cm. 2009


Le dije que el cielo era un gato. 73 x 100 cm. 2009


Vi un día un pájaro. 73 x 100 cm. 2009


Esto es una verdad y no una metáfora. 54 x 73 cm. 2009/2010


El alba ha llegado. 33 x 46 cm. 2010


Presente fugitivo. 54 x 73 cm. 2010


El baile de las horas. 54 x 73 cm. 2009/2010

Galería René Metras.
Consell de Cent 331, 08007 Barcelona
Tel. 93 487 58 74
Hasta el 30 de mayo.

Con motivo de esta exposición se ha editado un tríptico que incluye un texto escrito por mí que transcribo a continuación.

En mi memoria siempre he convivido con gatos. Hace mucho tiempo, en mi adolescencia, me acompañó una pequeña foxterrier. Pero luego siempre ha habido gatos, mejor dicho gatas, a mi alrededor.

Mi última gata, protagonista de casi todos los cuadros de esta exposición es la más comunicativa -hasta dónde puede llegar a serlo una gata- de todas. Pienso que la diosa egipcia Bastet nos ha premiado a Nuria y a mí por nuestra dedicación a las anteriores, mucho más ariscas. Ésta acostumbra a sentarse en nuestro regazo, duerme apaciblemente y a veces nos mira con curiosidad. Cuando esto sucede siempre pienso en lo que daría por saber que es en lo que está meditando. Todavía daría mucho más por saber en que consisten sus sueños. En todo caso deben ser generalmente agradables, su dormir suele ser plácido y prolongado.

En los momentos en que descansa sobre mi mientras estoy leyendo o viendo una película me acostumbra a sobrevenir un incontrolable vértigo. Es entonces cuando me doy cuenta de lo inaprensible de la existencia. De la imposibilidad de conocer el porqué de casi todas las cosas. Las grandes preguntas aparecen con una presencia inexorable. Pero especialmente una. Más que una pregunta, en este caso, es una constatación : todo lo que nos acompaña es indescifrable, inexplicable. Vivimos en un conjunto de grandes misterios, que tendemos a olvidar, porque si no fuese así nuestra existencia sería inaguantable.

Los gatos son para mí como una gran metáfora de esta realidad. Son un ejemplo vivo de nuestra insignificancia en el conjunto del cosmos. Pero el gran argumento que me hace amarlos tanto es que ellos parecen tener alguna pista, alguna pista que a nosotros se nos escapa y felinos, al fin, parecen no querer compartirla con nosotros.

Este conjunto de cuadros y dibujos quiere ser un pequeño homenaje al misterio de los gatos.

Barcelona, marzo 2010