Este año, de un modo completamente inhabitual, han florecido los rosales en mi pequeño jardín. También los granados han fructificado mucho más tarde.
Mi entorno se ha convertido en una extraordinaria sinfonía de colores.
Es algo que, afortunadamente, me aleja, me protege, del ambiente general, que no hace más que añadir agobios al desasosiego imperante.
El título de esta entrada parafrasea el título de la inolvidable película de Yasujiro Ozu.
Por cierto en el recomendable libro de Crispin Starwell "Los seis nombres de la belleza"; en el que se recorren los distintos significados de belleza en diversas culturas, he encontrado un concepto, utilizado en Japón, shibui, que describe un modo de aproximarse a ella que se puede aplicar al trabajo de Ozu: "Las cosas shibui se crean y se experimentan con una especie de moderación meditativa". "Shibui también significa verdadero, simple, o puro. Eso es el cine de Yasujiro Ozu.
Los seis nombres de la belleza. Crispin Starwell. Alianza Editorial, 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario