Juan Bufill, junto al cineasta Marcel Hanoun, ante la puerta de la sede de la Filmoteca, en la calle Mercaders , a finales de los años setenta.
Siempre he sido un mal lector de poesía. Es un problema para mí. No quiero decir que no lo haya hecho; pero en una proporción mínima respecto a la narrativa o al ensayo. De todos modos algo he leído.
Conozco a Juan Bufill desde finales de los setenta, cuando yo colaborada en la Filmoteca y él era un espectador asiduo. Juan ha ido siguiendo mi trabajo y a él le debo algunas de las reflexiones más interesantes que se han escrito sobre él.
Siempre me han interesado sus escritos, sus fotografías, etc. He leído con placer y provecho ANTINAUFRAGIOS, y desde mi pobre experiencia en la poesía, como he dicho, ha significado un placer inesperado. Muchas de sus líneas son, más que sugerentes, motores factibles de provocar imágenes poderosas y estimulantes.
Un libro que no necesita ser ilustrado, las mismas palabras, las relaciones entre ellas se pueden visualizar de modo que parecen haber sido previamente imágenes mentales, en algún caso primigenias, más allá de lo que la experiencia de lo inmediato nos brinda... un libro para ser leído con la lentitud y atención que el entorno actual nos parece prohibir, un libro excelente... parafraseando la conocida frase "pasen y vean", diría "pasen y lean".
Juan Bufill. ANTINAUFRAGIOS Vaso Roto Ediciones, Madrid 2014
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