domingo, 27 de noviembre de 2011

Rostros

En la entrada “Retratos” enero 2009 incluí un texto en el que intentaba explicar mi interés por el retrato femenino, haciendo alguna acotaciones al respecto. He continuado haciendo retratos y entra dentro de mis posibles proyectos llegar a hacer una muestra con ellos.

En aquellas notas, no obstante, olvidé citar algo.

Hace ya muchos años, durante los primeros noventa, para ser más preciso, conocí, casi por azar, a una pintora, Pilar V., que me descubrió las impresionantes pinturas de Al Fayoum. Especialmente los rostros.

Ella, por aquel entonces, estaba realizando una serie de retratos de amigos, digamos que “a la manera de”.

Todavía estaba circulando por mi etapa abstracta, así que, lamentablemente, no le di la importancia que se merecía. Aunque yo mismo nunca había dejado de trabajar en dibujos figurativos, y se empezaba ya a perfilar el cambio que se iba a producir en 1996.

Como se dice en el post citado, en 2006, realicé, en el espacio Vol Art de la Fundació Vila Casas, una exposición monotemática sobre el retrato. En aquel momento debí aludir de algún modo, al poso que había dejado en mí la obra de Pilar y su interés por Al Fayoum. No se presentó la ocasión, y además ella había dejado Barcelona hacia años y no tenía como encontrarla. Ahora y aquí quiero dejar constancia de este hecho.

Las pintura de Al Fayoum tienen una relación directa con la muerte. En definitiva de trataba de “ilustrar” los sarcófagos con una imagen, más o menos intemporal, de su ocupante.

Algunos autores han vinculado el tema del retrato en general con la muerte, como Pedro Azara en su libro El ojo y la sombra. Esto puede significar un punto de inicio de una nueva reflexión.

Si he de ser sincero no puedo dar una explicación clara y contundente sobre mi fascinación por este género. Pero lo cierto es que retorno cíclicamente a él. Estos últimos meses he trabajado en una serie de acuarelas sobre este motivo. Representan una cierta recapitulación. Basadas casi todas ellas en apuntes y dibujos previos realizados a través de los años. Aparecen, sino todas, si muchas de las modelos que me han ido acompañando en este camino.

Los dibujos son en realidad torsos, como ilustra la primera reproducción, pero hace unos días advertí que únicamente los rostros adquirían un sentido distinto al de la totalidad de la obra, y que abrían un nueva dimensión de los mismos.

He aquí una selección…