viernes, 6 de abril de 2012

NOSTALGIAS



Semana santa. Un pesado ambiente lluvioso y vacacional. Como casi cada año. Esta especie de éxodo extraño y con poco sentido, me ha evocado lugares perdidos. Con los años cada vez son más. Todo cambia y pocas veces para bien.

Dos recuerdos para estas ausencias.

1
La Cartuja de Scala Dei. La primera vez que la vi, en compañia de Nuria, mi mujer, fue a instancias de Joan Perucho, a quien todavía recuerdo como otra pérdida, una persona inteligente, brillante, gesticulante, alguien a quien el país, ha dado de lado de modo vergonzante e infame.
Fue a principios de los setenta; entonces era una ruina romántica, con un penetrante perfume de Friedrich. Un negro estanque en el interior del templo abandonado, en el que nuestro descubridor afirmaba haberse sumergido... La vegetación en comunión con los restos de los edificios... Todo evocaba algo primigenio, deslumbrante.
Ahora lo han convertido en un parque temático, incluyendo la reconstrucción de una falsa celda de cartujano, y, como no, pagando una entrada, la nefasta posibilidad de una visita guiada.

2
El balneario de Panticosa. También la primera visita, repetida varias veces, fue en los setenta, en 1973 para ser preciso. Revivo la primera visión, después de un largo viaje, la llegada a través del congosto del Tena, la aparición de un circo de deslumbrante belleza, las montañas circundantes, el ibón...
Todo respiraba un aire decadente, algo decrépito. Efluvios de Thomas Mann. Orquestina al atardecer. Manteles blancos, servicio, aunque algo raido, de etiqueta. Habitaciones con aroma de otros tiempos. Las fuentes termales, con nombres alusivos a sus cualidades benéficas. Paseos a la Fuente del estómago, a los lagos. El olor de los pinabetes húmedos.
Todo se ha esfumado.No sé muy bien que es ahora, han desaparecido edificios y han sido sustituidos por arquitecturas "modernas". Nueva cocina y otras barbaridades. Ni siquiera sé si todo ello existe todavía...

No volveré ni a Panticosa ni a Scala Dei, como no regresaré a muchos otros sitios. Tampoco volveré a ver a Joan Perucho, ni a tantas otras presencias que le han dado un poco de sentido a mi vida. Nostalgia de semana santa lluviosa. Hay que vivir el presente y encarar el futuro, creo, quizá...

lunes, 26 de marzo de 2012

EXPOSICIÓN SINGULAR







En la galería René Metras de Barcelona, se presenta un libro de artista que ilustra parte de "Les fleurs du mal" de Charles Baudelaire.


Pero lo que más me ha impresionado de la muestra son los trabajos realizados a partir de la enseñanza de maestros japoneses utilizando la técnica del sumi-e; en los que aparece el tema del pintor y la modelo.


El pasado viernes 23, estuve por unos instantes al otro lado del espejo, mientras Alain Bonnefoit me retrataba con trazos rápidos y significativos.


Una experiencia y una exposición singular, en el, casi siempre gris, panorama de nuestras galerías.


Tienen una semana para verla, no se la pierdan.


Galería René Metras, Consell de Cent, 331, Barcelona.

miércoles, 21 de marzo de 2012

RAREZA


Alonso Cano es un pintor, escultor y arquitecto granadino, del siglo XVII. Su trabajo se basa, casi exclusivamente en la iconografía religiosa. Curiosamente hay muy poca información sobre él en los buscadores habituales. Nada especialmente significativo, excepto que fue acusado de asesinar a su mujer.

Quien haya seguido mi trabajo, o simplemente este blog, conocerá mi preocupación por el desnudo femenino, en mi obra y, en general, en la historia del arte.

Hace unos días, ordenando papeles en el estudio, que padece de una entropía permanente, dí con estas dos peculiares imágenes.
El proyecto de un cuadro y su resultado. Además del interés que supone ver el traslado de un boceto a una obra terminada, el especial sentido que tiene, es la aparición de un desnudo femenino junto a la representación de Cristo. La justificación en los títulos: "Cristo en el limbo" y "Descenso al limbo".

No conozco ningún otro caso con este asunto. Me parece verdaderamente singular. Si alguien conoce alguna imagen semejante, le agradecería me lo hiciese saber...

miércoles, 14 de marzo de 2012

PARADOJAS

He visto estos días una serie de la BBC, Sherlock y la película sobre Tintín de Spielberg. De esta visión ha surgido una pequeña reflexión sobre cómo se acerca el cine a la literatura, o cómo un cineasta lee algo sobre lo que basarse.

Ver ambos productos y constatar la relación con sus orígenes, podría ser un buen ejercicio para los profesionales del cine y, especialmente, para sus guionistas.

Mi conclusión es la siguiente: mientras que en Sherlock se han abandonado, casi por completo, las referencias iconográficas, y en cambio en Tintín, se han querido recrear, en la primera se mantiene casi intacto el espíritu de las novelas de Conan Doyle, mientras que en la segunda, a mi modo de ver, se ha traicionado el touch de los comics de Tintín.

Para llegar a esta conclusión, he vuelto a leer algunos libros del detective londinense. Excepto quizá por la cuestión colonial, omnipresente en los textos, y la afición al opio y la cocaína, lo demás está ahí. Las sensaciones que embargan al lector de Estudio en escarlata, El signo de los cuatro, o cualquiera de las narraciones, son las mismas, al menos para mí, que las que provocan la visión de los films. Parecen llamar a sentarse delante de un fuego crepitante, una tarde destemplada de lluvia y frío, con un buen cigarro y un cercano whisky, otra variante más sana: una taza de té y un gato en el regazo. Los libros y las películas se convierten en un confortable amigo que ayuda a convertir lo desagradable en acogedor y fascinante, en suma en sumirnos en un letargo que puede que algo tenga que ver con los efectos producidos por lo que habitualmente consume el habitante de Baker Street.

Alguna cosa me ha sorprendido de la relectura, dicho sea de paso, las citas “cultas”. De repente aparecen Jean Paul Richter, o Thomas Carlyle, mezclados con la intriga y el misterio, y los viajes al oscuro interior del ser humano. El Sherlock fílmico, aunque disimula, también es enormemente culto, lo que le facilita, por ejemplo, enfrentarse a la falsificación de un cuadro de Vermeer…

En cuanto a Tintín , mi decepción ha sido tan grande, que en un primer intento abandoné el cine. El segundo cargado de paciencia llegué hasta el final. Spielberg ha confundido Tintín con Indiana Jones, ha despreciado el humor de los dos inefables detectives y ha convertido al capitán Hadock en una caricatura. Y, todo ello, pretendidamente, preservando el mundo original. Puede ser que de niño a Spielberg no le fascinasen, como a mí y a tantos otros, las aventuras del adolescente reportero belga. Sino no entiendo el sentido de esta película.

Un apunte final. Acabo de ver el último episodio de la segunda temporada de Sherlock. Ahí, el avieso Moriarty máquina su definitiva bajeza. Intenta hacer creer que el detective se lo ha inventado todo, y con la invención ha creado la maldad. Manipula, especialmente los medios de comunicación, para hacer dudar de su propia existencia. Sherlock es, según el canalla Moriarty, el mentiroso, el malvado real. Me pregunto si Mourinho ha visto recientemente este episodio...

http://www.youtube.com/watch?v=m4foH4HCzKA


Esta dirección le puede conducir al delicioso momento en que Watson conoce a Sherlock Holmes en la serie de la BBC






lunes, 27 de febrero de 2012

AUSENCIA

Este fin de semana ha terminado mi exposición de Sant Cugat. El fin de una actividad de este tipo siempre me sume en un estado de melancolía.

Es algo así como una pequeña muerte, un desapego de la obra, como si ya no me perteneciese, aunque regrese al estudio en su mayor parte, pero lo hace con otra condición.

Es por ello que siempre agradezco la presencia de amigos.

Hoy me ha golpeado la noticia de la muerte -esta vez cierta- de un amigo, Manuel de Solà Morales. Le conozco desde hace ya no se cuantos años. Desde el primer curso de Eina, donde daba clases de urbanismo. Recuerdo con verdadero cariño pocos profesores de aquel momento. No más de dos o tres. Manuel era uno de ellos.

Además no solo nos hemos ido viendo, sino que era un habitual de las inauguraciones de mi trabajo. La noticia de su desaparición se ha superpuesto a mi preocupación, hasta el punto de convertirla en pequeña, inapreciable. Vivimos habitualmente de espaldas a la muerte, como si no fuese con nosotros hasta que le vemos la cara demasiado cerca.

No me gustan las necrológicas, siempre suenan a falsedad. Por eso no me quiero extender más. Simplemente decir que ha aparecido en mi horizonte una nueva ausencia. Empiezan a ser ya bastantes las ausencias irremplazables. Manuel y Rosa Feliu, han sido para mi un punto de referencia, de un trabajo serio, bien hecho, en este mundo de banalidades. Espero que Rosa tenga ánimos de seguir con su trabajo. Y ya basta.

Cuando sucede una cosa de este tipo me siento como James Stewart al final de Vértigo. El rostro de incredulidad ante un vacio, que por otra parte no es más que la condición del ser humano, la imposibilidad de comprender la muerte y, casi diría, la vida.

Manuel y Rosa tuvieron la gentileza de visitar la exposición de Sant Cugat y dejar la nota que abre esta líneas.

martes, 10 de enero de 2012

ARQUITECTURAS









En un capítulo del libro -excelente por cierto- La folie Baudelaire, de Roberto Calasso, el autor analiza un complejo sueño del escritor francés.

No voy a entrar en la pertinencia o no de las conclusiones de Calasso. En todo caso es un brillante relato sobre un inquietante sueño.

Pero hay dos elementos que me han producido un fuerte impacto. El interior del edificio -un burdel/museo- por el que deambula B. en su sueño, está decorado con obras de arte; entre ellas "dibujos de arquitecturas y figuras egipcias".
Desde siempre he mantenido un gran interés por la mitología y la iconografía egipcias, pero lo que de verdad me ha impresionado son "los dibujos de arquitecturas".

Calasso dice primero -p. 175- que la arquitectura es un médium eminentemente onírico, pero lo que me atañe directamente es una afirmación que aparece unas páginas después: Los dibujos de arquitecturas son ya una irrupción de lo abstracto.

Puede que, efectivamente, esté apareciendo en mí una cierta pulsión por la abstracción. Es algo significativo e inquietante, que justo en este momento en que la dirección que quiero dar a mi trabajo va por un camino casi opuesto, haya aparecido esta cuestión de un modo inconsciente.

A veces veo el desarrollo de mi obra como algo ajeno a cualquier tipo de posible racionalización, parece que avance sola y que yo sea un espectador más. Observador y actor al mismo tiempo.

Nota.- He leído el libro después de terminar la serie de óleos y acuarelas "Arquitecturas". La lectura del texto me ha hecho reflexionar y pensar en su reanudación...

Roberto Calasso. La Folie Baudelaire. Anagrama. Barcelona, 2011.

domingo, 1 de enero de 2012

Una exposición, un cuadro...


Desde el día 13 de diciembre y hasta el 23 de febrero se puede visitar en la Galería Canals de Sant Cugat, una exposición titulada "Arquitecturas".

Creo que es una muestra singular, por dos motivos. El primero el tema. Es una novedad la incorporación de elementos arquitectónicos que me permiten jugar con superficies delimitadas por líneas rectas, combinándolas con otras orgánicas cuyo referente son masas vegetales.

Pero hay otra cuestión todavía más específica. Dos de las telas han tardado alrededor de diez años en terminarse: "El octógono de Scala Dei" y "La puerta".

Aquí voy a comentar una de ellas, "El octógono...". Las ruinas de la Cartuja de Scala Dei siempre me han fascinado. Supe de ellas hace aproximadamente treinta años de la mano de Joan Perucho. Entonces todavía tenían todo el aire de ruina romántica. Ahora, siguiendo una nefasta costumbre de nuestro país, las están convirtiendo en algo así como un parque temático.

La primera referencia a Scala Dei, apareció en una tela de 1998, titulada "El encuentro", en ella hay un elemento central, extraído de un relieve que corona la puerta de la iglesia de la Cartuja.
En 2000 empecé "El octógono..." que ha permanecido parado, hasta que este año pasado encontré la solución a lo que no me dejaba terminar la obra. Les dejo aquí imágenes de las dos versiones, emulando al genial Laplace y sus fantásticos dibujos del juego de los errores, que aparecen diariamente en La Vanguardia. Una pista, los naranjas. Peo hay más. Me ha producido una enorme satisfacción poder dar por finalizado el cuadro, después de diez años de no saber cuál era el problema.

También incluyo "El encuentro" y unas imágenes del relieve que utilicé como motivo. No voy a hablar de la simbología del corazón y el ovalo...







Galería Canals. Carrer de la Creu 16, Sant Cugat. Tel. 93 675 4902. www.canals-art.com
Hasta el 23 de febrero 2012